miércoles, 27 de febrero de 2008
lunes, 31 de diciembre de 2007
miércoles, 12 de diciembre de 2007
¡Qué pocas luces!
En cualquier ciudad de este universo llamado consumismo el afán por el negocio, las compras y todo lo que mueve el maléfico dinero del capitalismo, se torna de un color navideño en esta época del año. Parece como si tuvo se dulcificara y las tiendas, negocios y centro comerciales varios nos meten hasta en los días festivos su capacidad de sugestión para hacernos comprar cualquier producto navideño.
El color de la Navidad, en Barbate por ejemplo que carecemos de nieve, es de un colorido diverso y todos sucumbimos ante el maravilloso mundo de las luciérnagas con forma de muñeco de nieve árbol de Navidad que se colocan encima de nuestras cabezas cuando andamos por la calle.
Normalmente, y cada vez más adelantado, la colocación de las mismas se realizaban antes del puente de la Inmaculada y así, aunque parezca algo extraño, sucede en todas parte. Como por ejemplo en Conil, sí esa localidad tan cercana y a la vez tan distanciada de nosotros, o, para que vean que no es cuestión de colores, en Vejer.
Las luces de Navidad, pese a su peculiar inducción al consumismo, no deja de ser una forma estética de decorar las calles de un pueblo, de una ciudad, de un barrio o de una calle. Algunos, como es el caso de Cádiz, aprovechan al máximo las luces y las utilizan para Navidad, carnaval y lo que se tercie, sólo es cuestión de manejarlas un poco, darle alguna que otra vuelta y, lo más importante, pensar un poco.
Aquí en Barbate eso no se utiliza. No me refiero a lo de pensar, que tampoco, sino a utilizar las misma luces. Aquí directamente, no se usan. Bien por carencia de dinero, bien por impagos, bien por lo que sea… lo cierto es que es una auténtica vergüenza que en las fechas que estemos todavía no se respire en Barbate ese ambiente navideño. Otra de las cosas que se han quitado últimamente, o más bien olvidado, ha sido el pregón de Navidad. Un pregón que aunque no gozaba de mucha popularidad, este era uno de los pocos eventos que engrosaba la escueta lista de los actos culturales en Barbate. Aunque este es otro tema que ya abordaremos…
Borrar de un plumazo las casas no es muy positivo para el que lo realiza. Quizás las luces se empiecen a colocar esta semana, al fin y al cabo sería deleznable que llegara el 25 y no exista un mero arbolito decorado. Quizás sea cosa de dinero… teniendo en cuenta los importantes recortes realizados por el ayuntamiento, el mantenimiento de la brutal subida de impuestos (a lo mejor algunos no lo recuerdas o incluso no lo conocen pero ¿qué hay de aquella pancarta que esgrimía contra la brutal subida de impuesto de PP y PA?), contrarrestadas con el aumento salarial del equipo de gobierno en verano o los cambios de rotonda, dan pie a una importante conclusión que nos remite a una inexcusable falta de planificación o como se dice en barbateño ¡qué pocas luces!
Volver atrás
jueves, 6 de diciembre de 2007
Pastillita para la gloria
Ojeando los suplementos dominicales de la prensa, el pasado fin de semana pude leer un reportaje sobre la maternidad en edades prematuras, es decir, antes de los dieciocho. Según fui leyendo, existe un gran porcentaje de madres jóvenes y en el ranking era España la subcampeona en este concurso, con la cifra de más de 18.000 embarazos adolescentes al año.
Precisamente en Barbate sabemos mucho de esto y lo que antes se convertía en algo así como todo un ‘escándalo’ para las comidillas de calles y plazas, hoy en día es algo tan normal que lo extraño es, precisamente, lo contrario. Con esto no quiero reprender con la inquisición que se acostumbraba a discriminar en otros tiempos, pero creo que este extremismo y esta liberación del cuerpo no es lo más conveniente.
Hoy en día son muchas las niñas, y digo bien niñas, que tienen a sus hijos con 17 o incluso 15 años. Mientras unas niñas lo hacen por su propia supervivencia en otros lugares del mundo, aquí se hace por la falta de cultura. La infancia de esos hijos es durísima, la educación forjada por unas abuelas y no por unos padres en el seno de una familia, no ya que estén casados, sino que, en algunas ocasiones, ni siquiera conocen al padre. Por supuesto no es culpable sólo la embarazada, también tienen mucho que decir el que pone la semilla, los padres, su familia, su cultura...
Entre los ‘contras’ de estos embarazos adolescentes no sólo se encuentra en peligro la madre en cuestión, sino el propio hijo que espera en su vientre. Esto hace que exista una generación algo enrarecida con madres a los 16. Por mucho que haya vivido alguien, hoy por hoy, y teniendo en cuenta el mundo en el que vivimos, no creo que se esté mentalizado ni preparado para ser padres a esas edades. La carga es sobretodo para la abuela, que suele ser quien se encarga del retoño, de sus cuidados y de sus responsabilidades, porque al fin al cabo es su sangre y la mentalidad de los progenitores del niño no llega a más.
Ante esta avalancha de ‘barrigas’ sería idóneo fomentar, dentro de la condiciones de un centro de la juventud, algún indicio de planificación familiar. Lugares donde puedan acudir estos padres para la información tanto de ayudas para familias adolescentes, como para prevenir. No sólo basta con una conferencia anual en los institutos sobre preservativos, los cuales salen volando posteriormente a modo de globo. Es necesario algo más de implicación.
La píldora del día después, por ejemplo, en Cataluña ya se está empezando a ofrecer sin la necesidad de obstáculos complicadísimos que dificulten el proceso. La cultura sexual puede ser unos de los ejes para la solución de este problema: la información desde pequeños, desertar los tabúes, la educación en la familia y en los colegios, etc; todo lo posible por evitar el adelantamiento inconsciente del ciclo de la vida.
Volver atrás
jueves, 29 de noviembre de 2007
No me da la gana
Yo no pienso participar de esa jugarreta. No porque yo sea un fan incondicional de Aragón, ni mucho menos, simplemente por respeto. Por respeto a su trabajo, a su persona y, sobretodo, al carnaval.
El carnaval no debe tratar con estas concesiones tecnológicas que piratean las vísceras de las más retorcidas mentes. Si ya estamos bastantes ‘envenenados’ con los foros y sus foreros anónimos faltos de valor y vergüenza (por su puesto dejo a un lado a los que simplemente aman al carnaval), encima tenemos que soportar que algún ‘tontovela’ repudie lo más hermoso del carnaval gaditano y sus coplas, el respeto.
Imagínense el momento en el que te sientas nervioso en la butaca del Falla, pones Onda Cádiz o pongas la oreja en el transistor (para escuchar Punto Radio, claro), el presentador de sala anuncia la agrupación, se abren cortinas, expectación, suena la guitarra, se oye un “qué bonito” de María la Hierbabuena y disfruta de una espléndida presentación gaditana. Le va a seguir el pasodoble, agarraos a las sillas, colocarse bien los auriculares y disfruten de los sones de esa primera letra de pasodoble, que no entra también en los oídos por lo que dice sino por su belleza musical. Esa armoniosa melodía que hace responder en el primer ‘quejío’ y te hace vibrar en el trío; te pone los bellos de punta cuando va llegando el final y como un resorte te levantas y comienzas a aplaudir antes de terminar… ¿Por qué acabar con esta magia? ¿y el disfrutar de un ensayo, como dirían Los Cubatas, en vivo y en directo?
He tenido, como casi todo el que ha querido, la oportunidad de escuchar el pasodoble de Juan Carlos. Pero seré fuerte y cuando acabe la presentación en preliminares, esperaré ansioso el pasodoble que me embriague, me haga vibrar o, por el contrario, me decepcione. El auténtico carnavadicto no es destructor, ni talibán. El carnavadicto es jartible, pero no pesado. El auténtico carnavadicto es el que sabe escuchar cuando hay que hacerlo. Hoy le ha tocado a Juan Carlos, pero mañana puede ser cualquiera.
jueves, 15 de noviembre de 2007
¿Por qué no te callas?
...con Luis Rossi
¿Por qué no te callas?
Otra vez el constitucionalmente respeta monarca español aparece en las páginas noticiosas de los rotativos de medio mundo. Incluso en esta columna vuelve a aparecer el buen nombre del rey en vano, aunque no es por capricho, sino porque vuelve y vuelve a beber del mismo caldo de actualidad y, aparte, porque la cosa manda ‘borbones’. En boca de todos aparece la palabra más escuchada en los últimos días, la broma más utilizada, el politono más buscado.
.Ese pronto repentino duro y sin apelativos, que sólo tenía una dirección hacia el cada vez más payaso presidente venezolano, ha sido un detonante real (jugando con el doble sentido siempre) para que el rey se sienta como un ídem en el país iberoamericano de Chile. ¿Se quedó a gusto su alta majestad?
Algunos dicen que después de levantarse e irse corriendo se metió en el baño con una soberana indigestión de langostinos variados. Otros, por su parte, comentan que el monarca tenía un majestuoso aburrimiento y estaba hasta los ‘borbones’ de escuchar tonterías con acento sudamericano… Aunque lo positivo de todo este embrollo es que tenemos constancia de que el rey español, todavía aguanta los discursos y no se queda dormido. Todo un detallazo, lo próximo es conseguirlo con Fraga, aunque ese es otro paleolítico tema.
Y mientras que toda España y medio mundo se reía con/del Juan Carlos, toda España y medio mundo se olvidaba de otras noticias relacionadas de las que nadie interesa que se hable en la sobremesa de un bar. Noticias como las palizas propinadas a los inmigrantes sudamericanos que se encuentran en nuestro país, a menudo, denostadas por cabezas rapadas.
La chica del tren ¿qué ha pasado con el agresor? O, por ejemplo, en esta semana se celebraba el juicio contra un skin-head por propinarle una paliza a un hombre de color, que lo dejo tetrapléjico. Esto mejor que no aparezca. Estos caníbales que todavía entonan la bandera del ultraderechismo, que en todas sus manifestaciones requieren la expulsión de los hombres de color de España, sólo merecen que alguien como el rey, Zapatero, toda España y medio mundo en general le griten sin para ¿por qué no te callas?
jueves, 8 de noviembre de 2007
Un país en la mochila
Un País en la mochila
Parece que nuestro constitucionalmente respetado Rey de España le ha dado ahora por la aventura en las provincias del sur del territorio español, o del norte africano. Los monarcas se han dado una vueltecita por Ceuta y Melilla para satisfacer las necesidades de estas dos provincias españolas o, como diría José Blanco, marroquíes. Sin duda alguna, lo que más le hacía falta a estas dos zonas era que el Rey acudiera para inaugurar un centro deportivo. Sin embargo, las calles y aceras estaban superasfaltadas, y superpintadas. La coba es un elemento fáctico del ser humano que sirve para mostrar una realidad diferente a la auténtica, para lograr algún objetivo; es por eso que los españolitos de Ceuta y Melilla se jactaban de entonar cánticos tan llenos de poesía como “Que se entere todo el mundo, Ceuta es española”. Rima asonante no es; consonante tampoco, pero el que la popularizó se retiró después de eso, tamaña obra es imposible, no ya de mejorar, sino de igualar incluso.
Y todo esto sin contar el desaguisado organizado en el país alauita. Claro, como el Rey y su señora, la de los osos pandas y el peinado perenne, tienen que faenar todas las noches en Larache, pues qué mejor que llevarse bien y que los marroquíes estén contentos…
La cosa es que el Rey no visita puebluchos de tal envergadura y menos los que conservan el acento de ser Territorio Franco. Además, con lo que le pegamos los españoles, el ‘Juancar’ no llegaba ni para comer en el Rufo. Con lo simpático que es el Rey ¿por qué nadie lo alargó hasta Barbate? Total, si sólo tenía que coger por la carretera que más accidentes atesora en verano y por un puente infernal que se cae a pedazos dando entrada a una entrada de suciedad de un viejo río, muy viejo.
Ya me puedo imaginar las palabras que hubiese dicho su elocuente majestad: Me llena de ‘odgullo’ y ‘satisdfacción’ inaugurar este semáforo ‘badbateño’… Y todo los barbateños como locos agitando las banderitas diciendo “Juan Carlos capullo, queremos un hijo tuyo”. Pero no pudo ser… otra maniobra será. Por cierto lo de dar coba… ¿quién da a quién?