...por Luis Rossi
Tosantos de miedo
Las costumbres americanas nos invaden. Será quizás por la proximidad de Rota o Morón, pero lo cierto es que la celebración de la noche de los muertos, es decir, el tan aclamado Halloween está cada vez más cerca de nuestra cultura popular. Tanto es así, que dentro de poco veremos a los niños llamando a las puertas pidiendo “truco o trato”, ante el estupor y el espanto que supone que una bruja o un esqueleto te diga eso a cierta hora de la noche. Pese a que Halloween no deja de ser una fiesta de disfraces, algo que me encanta, lamentablemente tengo que expresar mi descontento porque esta americanada se está imponiendo de manera vil frente a la fiesta de Tosantos. La semana antes del 1 de noviembre es una fiesta en muchos mercados españoles, especialmente en los andaluces y es muy normal ver a un cerdo con corbata o a un ‘dandy’ con cara de mero (aunque esto suele ser muy normal encontrarlo). Lo cierto es que en Barbate, tierra de noveleros, nos estamos decantando más por la opción americana. Así creo a tenor del aspecto que muestra nuestro Mercado de Abastos: alguna que otra calabaza y una bruja repartiendo bolsas de frutos secos. Recuerdo no hace mucho que los puestos eran decorado de forma simpatiquísima por sus propietarios. Incluso se hacía un concurso para dilucidar quién era el mejor. Era, principalmente, un gusto el pasear entre tanta guasa y tal alegría que se inhalaba de una fiesta andaluza por antonomasia. Muchos aprovechaban para verter sus críticas, como es el caso de Cádiz (que aun conserva esta tradición) que han puesto dos cochinos para representar la papeleta presidencial del Cádiz C.F.
No sé si por pereza, por falta de previsión, por falta de interés o por la herencia del PP de acabar con las tradiciones… pero la cuestión es que la fiesta de Tosantos no es lo que era. Quizás este año –año de cambios- era el momento para volver a retomar esta fiesta, pero, pese a que me consta que muchos responsables del mercado han luchado y siguen luchando durante años por esto, para este año Tosantos se ha mezclado con Halloween y hemos conseguido –incluyo a todos, porque todos debemos luchar por esta tradición- que se convierta en una tradición de miedo o, mejor, de pena.