Cambio Histórico

...con Luis Rossi
CAMBIO HISTÓRICO

Desde hace bastante tiempo esta columna ha sido una sincera exportadora de quejas contrarias al poder político, que ha sido unas veces escuchada, otras ninguneada y algunas, ni siquiera leídas. Es por ello que, aprovechando la nueva ley de memoria histórica que se vislumbra, recordar lo expresado en diferentes ocasiones. Las calles de Barbate merecen de una vez ser nombradas sin el yugo sanguinario fascista de almirantes, caudillos, generales y demás gobernadores sangrientos que día tras día coronan las arterias de nuestro municipio. Es triste que en cualquier parte tengamos que ser siempre a los que nos asocien con un generalísimo y que colmemos nuestras calles con los nombres de sus “valerosos” guerreros. Ningún gobierno en 30 años de democracia ha sido capaz, o ha estado lo suficientemente capacitado, para realizar tamaña empresa. Hace unos años, con los populares en el consistorio, se realizaron unos azulejos donde expresaban el nombre de cada zona. Era quizás el momento ideal pero, junto con una mesa de nombramiento de calles, se desaprovechó la oportunidad, como se desaprovecharon tantos años de gobierno.

Sin embargo ahora, no sé si por casualidad o por que la ley lo obligará, las calles se renombraran y esto, ahora que tenemos hasta semáforos, es de una importancia vital para el pueblo. Así, expongo una serie de iniciativas que pueden ser llevadas a cabo por la comisión que se encargue de citada tarea. Lo primero que pienso es que debe ser el pueblo el que elija los nombres o al menos de las calles más importantes. Las avenidas del Generalísimo o de José Antonio, deben ser seleccionadas a través de una serie de nombres sin matices políticos. Nombres quizás históricos o que sean señas de identidad para el pueblo de Barbate. Para cualesquiera de estas dos avenidas propongo los siguientes nombres: avenida de los marineros (que ya fue aprobado en su día por el pleno), Portus Baessipo (haciendo mención al asentamiento romano) o la avenida del Atún (dándole una importancia protagonista al animal que tanto nos ha acompañado a lo largo de la historia). A la plaza del Barco o la plaza de Diputación, aprovechando las obras, realizaría un ejemplar monumento como homenaje a las víctimas del Nuevo Pepita Aurora y ese sería su nombre. Y así cientos de ideas, y es que los nombres con temática franquista son bastante numerosos, como la barriada de Carrero Blanco o todas las calles de capitanes (Haya, Cortés, Varela...) Y que no se nos olvide colocar alguna que otra como homenaje a la libertad, a la democracia o a las víctimas de la guerra civil y de los cuarenta años de dictadura. Trabajo queda, pero con la ayuda de la ciudadanía seguro que se hace más fácil.